viernes, 25 de septiembre de 2009

¿Qué pasa con USA?

¿Qué es lo que ocurre con Estados Unidos?¿Por qué las PyMEs españolas no abordan más consistentemente el mercado estadounidenses?

De mis conversaciones con empresarios y profesionales del comercio exterior, he llegado a reunir los siguientes tópicos.

-El tipo de cambio euro/dólar actual hace menos competitiva la oferta española.
-El mercado es muy grande, interesante, maduro y lo absorbe todo; pero es complicado.
-Abordar el mercado requiere tiempo y el retorno de la inversión es a medio plazo.

Ante esto me pregunto que es lo que debemos hacer para que las PyMEs españolas exporten más a un país que:

-Que absorbe el 16% total de las importaciones mundiales.
-Que cuenta 300 millones de consumidores con una renta per cápita de 45.600 dólares.
-Que forma parte del grupo de países que España considera prioritarios desarrollar; junto a Argelia, Brasil, China, Corea del Sur, India, Japón, Marruecos, Rusia y Turquía.

Y me contesto:

La base exportadora mayoritaria de las PyMEs españolas es el acceso en solitario al mercado a través de la localización de un importador o de agentes comerciales, limitando el uso de instrumentos y formas cooperativas, que busquen la internacionalización de la empresa a través de la inversión en el mercado.

La única ventaja de la exportación a través de importador o agente comercial, es el de coste y riesgo variable ligado al volumen de venta. Pero restringe el margen de maniobra ante coyunturas como la crisis actual, o la aparición de competidores con mejor oferta.

La presencia en el mercado permite medir el pulso del mismo, adelantarse a las dificultades, crear fidelidades y tomar las medidas correctoras que limiten el daño por contracciones de la demanda.

Para mantener una presencia en Estados Unidos, las PyMEs deben asociarse con otras en el establecimiento de una estructura, una cabeza de puente, que les permita crecer por el aumento de su cuota de mercado en Estados Unidos.

Esa estructura, filial, sufragada vía cooperación, se convierte en empresa americana, y como tal la verá el mercado; dará confianza a los cliente estadounidenses pues está más accesible, incrementará la capacidad de dar servicio, aumentará el conocimiento del mercado y ayudará a desarrollar el conocimiento y fidelidad a las marcas comercializadas.

Esa estructura, bien diseñada y organizada, con una fuerza de ventas competente, ayudará a hacer la oferta de las PYMES asociadas mucho más competitiva:

1)Reducción de los costes de implantación.
2)Reducción de costes logísticos por la consolidación de contenedores entre las distintas asociadas.
3)Autonomía al no tener que vincularse a un importador por motivos de cumplir con la normativa administrativa estadounidense en registro de productos.
4)Incremento de las posibilidades de acceso a las ayudas del ICEX de promoción de las inversiones en el exterior:PAPI, PROPINVER, PIE, que llegan a apoyar como mínimo el 30% de los gastos en los que se deben incurrir.
5)Conocimiento del mercado, posicionamiento eficiente de los productos, generación de conocimiento de marca y fidelización de clientes.
6)Aumento de los márgenes al prescindir de intermediarios.
7)Posibilidad de venta directa y on-line.
8)Protección contra el riesgo de cambio y flexibilización de los medios de pago.
9)Sinergias por aprovechamiento de operaciones de transferencia de precios.
10)Incremento del abanico de posibles ayudas al poder acceder a las de los dos países.
11)Fuente extra de ingresos vía beneficios de la sociedad filial.

Si quiere introducirse en el mercado estadounidense, y quiere colaborar con otras empresas, póngase en contacto conmigo para ayudarle a conseguirlo.

sábado, 12 de septiembre de 2009

APUNTES SOBRE CARTA DE CREDITO PARA EXPORTADORES

Uno de los principales miedos al empezar a exportar es el no poder cobrar una operación.

Para vencer este obstáculo se inventó la carta de crédito por la ICC (international chamber of commerce), que es la institución internacional que vela y redacta los usos y reglas del comercio internacional.

La carta de crédito es un medio de pago documentario y es una garantía, donde un banco, el del ordenante (comprador), se ve obligado a pagar a un beneficiario (vendedor), en la fecha fijada en el documento, una vez los documentos que otorgan la propiedad del producto, y otros que hayan sido fijados, sean presentados por el beneficiario, y cumplan con lo redactado en las instrucciones de la carta de crédito aceptada.

Y puede ser una doble garantía, si a la vez un banco, normalmente el del beneficiario, confirma la carta de crédito; pues el banco confirmador garantiza el pago si los documentos presentados son acordes a lo estipulado en la carta de crédito, en caso que el banco emisor no cumpla con el pago.
La naturaleza documental de la carta de crédito es muy importante tenerla presente en todo momento, pues la operación se perfecciona en base a los documentos que genera; es decir son la presentación de los documentos y su redacción conforme a lo acordado lo que genera el derecho de cobro. Por tanto una no conformidad (discrepancia) en los documentos impediría el cobro de la operación en el peor de los casos, el retraso en el cobro, o la generación de pérdidas en la operación.

Si bien contaremos con el asesoramiento de nuestro banco en lo referente a la carta de crédito, es importante que nosotros conozcamos su funcionamiento para negociar previamente las condiciones con nuestro cliente, de manera que evitemos retrasos, y no aceptemos cartas con cláusulas no negociadas y que puedan suponernos un perjuicio, al tener que incurrir en gastos extras no previstos ni acordados que ocasionen una pérdida.

Para evitar lo anterior, lo mejor es negociar un borrador con nuestro cliente (borrador que se enviará junto con la factura proforma), que será el que presente a su banco para que proceda a abrir la carta de crédito según lo acordado en el borrador. Cuando recibamos para nuestra aceptación la carta de crédito, haremos una revisión exhaustiva de la redacción de la misma, para comprobar que las cláusulas son acordes a lo pactado, pues una vez aceptada la carta de crédito, estamos obligados a cumplir con sus cláusulas para poder cobrar. El vendedor siempre tiene la opción de no aceptar, y avisar al cliente que puntos deben ser modificados.

La apertura, notificación,aceptación y confirmación de una carta de crédito es un proceso lento, que puede llevar un par de semanas,aún más si hay una no aceptación de la primera emisión por alguna discrepancia.

Por ello una escasa planificación y mala negociación de las cláusulas de la carta de crédito, y no haber tenido en cuenta una correcta programación de plazos, pueden dar al traste con la operación, e incluso trastocar su rentabilidad a la baja.

Por tanto, la planificación y negociación debe contemplar sobre todo:

*Medio de transporte: Según sea necesitaremos uno documentos u otros.

*Fecha de embarque: Debe tener en cuenta nuestro plazo de producción y envío al lugar de embarque. Lo recomendable es fijar un periodo a contar desde la fecha de aceptación de la carta.

*Condiciones de embarque: Según lo negociado y con Incoterms 2000.

*Condiciones de entrega: Según lo negociado y con Incoterms 2000.

*Fecha de pago: Según lo negociado.

*Moneda de pago: Pactar la divisa que más nos convenga.

*Descripción de la mercancía, y tolerancias: Ojo si nuestra producción está sujeta a tolerancias, lo mejor es marcar un precio por unidad, y que coste que la cantidad de producto a embarcar admite una tolerancia de +/-5%.

*Tipo de seguro y cobertura del mismo.

*Documentación necesaria,lengua en la que debe ir escrita, necesidad de visados oficiales, originales y copias.

*Posibilidad de embarques parciales.

*Posibilidad de Transbordos.